El Amén de la numerosísima asamblea en la Plaza de San Pedro y un intenso aplauso emocionado se elevó al cielo, en acción de gracias a Dios, uniéndose a los corazones llenos de fervor de todo el mundo, cuando el Papa Francisco pronunció la fórmula de canonización en latín e inscribió en el Libro de los Santos a la Madre Teresa de Calcuta. Y el canto gozoso y solemne del Jubilate Deo subrayó el momento en que las reliquias de la nueva Santa se colocaban al lado del altar.