La comunidad parroquial de Atalaya agradece a todos los feligreses y peregrinos que cada año visitan el Santuario a Jesús Nazareno, pese a largas filas, mucha calor, sed y hambre.
Peregrinar tiene un sentido. Un punto de partida y una meta. Y luego un camino por el que discurren mis pies, mi vida a "Jesús Nazareno."