“El Espíritu Santo no nos hace sólo capaces de esperar, sino también de ser sembradores de esperanza, de ser también nosotros – como Él y gracias a Él – los ‘paráclitos’, es decir, consoladores y defensores de los hermanos. Sembradores de esperanza”, con estas palabras el Papa Francisco explicó en la Audiencia General del último miércoles de mayo, la relación que existe entre la esperanza cristiana y el Espíritu Santo.