Amistad, despedida, comunión, fraternidad, armonía, servicio. Son conceptos que el Santo Padre quiso resaltar en su homilía de la Santa Misa celebrada en el Cenáculo. Al comienzo de su discurso resaltó el valor que tiene para los cristianos este lugar al ser donde Jesús consumó la Última Cena con los Apóstoles. “Aquí nació la Iglesia, y nació en salida. Desde aquí salió con el Pan partido entre las manos, las llagas de Jesús en los ojos y el Espíritu de amor en el corazón”, dijo.
“El Cenáculo nos recuerda al servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como ejemplo para sus discípulos”, expresó el Papa recordando el significado que esto tiene: acogerse, aceptarse, amarse y servirse mutuamente. Pero también quiso hondar en otro significado que tiene este lugar: la mezquindad, la curiosidad y la traición. El Papa advirtió que siempre que se peca se encarnan estas actitudes y se traiciona a Jesús.
Finalizando su homilía el sucesor de Pedro constató que el Cenáculo es donde se creó el nacimiento de la nueva familia: la Iglesia Constituida por Cristo resucitado. “A esta gran familia están invitados y llamados todos los hijos de Dios de cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un único Padre que está en los cielos”, dijo.
Official Vatican NetWork