Profesar, Celebrar y Testimoniar la Fe
La imagen del Nazareno que tenemos aquí en Atalaya es inerte, es solo eso, una imagen, pero nos traslada a Jesús, el que se encarnó, murió y resucitó para salvarnos.
Es el Cristo vivo que está presente en cada hombre y cada mujer. Entonces el devoto del Nazareno tiene que ir captando la presencia de este Dios que vive a lo largo de su caminar cristiano.
El devoto de Atalaya sabe y vive testimoniando que la vida cristiana es un encuentro personal con Jesucristo.
Ser devoto no se trata de conceptos, ni de saber mucho de Jesús, ni hablar sobre él, ni siquiera es reconocer es el Hijo de Dios, pues eso lo hacen hasta los demonios.
No es suficiente decir que Jesús es el Señor; el devoto debe comprometerse y dar testimonio.
Como seguidores de Jesús, debemos aceptar que ese Jesús está en cada hermano y hermana que se cruza en mi camino.