Adorar a Dios, ser dispensadores de su gracia, evitar el peligro de la excesiva organización, salir a las calles a evangelizar, acercarse a los pobres y tocar en ellos la carne herida de Jesús, busquen la unidad de la Renovación en el Espíritu Santo, con María la Madre de Jesús.
Son algunas de las exhortaciones del Papa Francisco, en el gran encuentro celebrado en el Estadio Olímpico de Roma, el número 37 de los carismáticos italianos, con la participación de los miembros de la Renovación Carismática de 55 países. La tarde del Domingo 1 de junio quedará grabada en muchísimos corazones. Cerca de 52 mil personas cantaron «Vive Jesús, el Señor», con el Obispo de Roma, escucharon sus exhortaciones y recibieron su bendición. Además de invocar la gracia del Espíritu Santo sobre el Papa, que se arrodilló en oración.
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