Este lunes 28 de diciembre, recordamos a los Santos Inocentes, mártires y a «nuestros mártires de hoy», que padecen persecuciones en nombre de la fe y que «lamentablemente son tantos», como ha recordado numerosas veces el Papa Francisco.
Nos detenemos, en particular, en las palabras que el Obispo de Roma pronunció en la memoria litúrgica de San Esteban, el primer mártir, que murió perdonando, y cuyo recuerdo sigue inmediatamente a la Solemnidad de la Natividad de Jesucristo Príncipe de la paz y Luz del mundo: «ayer como hoy - señaló el Papa Bergoglio - aparecen las tinieblas del rechazo de la vida, pero brilla más fuerte aún la luz del amor, que vence el odio e inaugura un mundo nuevo».
El Sucesor de Pedro alentó a ser misericordiosos como nuestro Padre celestial, porque a través del perdón vencemos el mal con el bien, transformamos el odio en amor y hacemos que mundo sea más limpio.
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