En el primer acto público del Obispo de Roma en Armenia, en la Catedral Apostólica de Etchmiadzin, el Catholicós y el Papa rezaron, alternándose, el Salmo 122, “Qué alegría cuando me dijeron vamos a la Casa del Señor…”. Después del saludo del Patriarca Karekin II, el Santo Padre, dirigiéndose a Venerado hermano, el Patriarca Supremo y Catholicós de Todos los Armenios, junto a los demás hermanos y hermanas en Cristo, comenzó diciendo:
“Crucé con emoción el umbral de este lugar sagrado, testigo de la historia de vuestro pueblo, centro que irradia su espiritualidad; y considero un don precioso de Dios el poder acercarme al santo altar desde el cual se difunde la luz de Cristo en Armenia. Saludo al Catholicós de Todos los Armenios, Su Santidad Karekin II, a quien le agradezco de corazón la grata invitación a visitar Santa Etchmiadzin, a los arzobispos y a los obispos de la Iglesia Apostólica Armenia, y doy las gracias a todos por la cordial y alegre bienvenida que me han deparado. Gracias, Santidad, por haberme acogido en su casa; este elocuente signo de amor dice, mucho más que las palabras, lo que significa la amistad y la caridad fraterna”.
En esta solemne ocasión, el Papa Francisco dio gracias a Dios por la luz de la fe encendida en esta tierra, la fe que confirió a Armenia su identidad peculiar y la hizo mensajera de Cristo entre las naciones. A la vez que les recordó que Cristo es su gloria, su luz, el sol que los ha iluminado y dado una nueva vida, que los ha acompañado y sostenido, especialmente en los momentos de mayor prueba.
“Me inclino – agregó – ante la misericordia del Señor, que ha querido que Armenia se convirtiese en la primera nación, desde el año 301, en acoger el cristianismo como su religión, en un tiempo en el que todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano”.
“Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por intercesión de María Santísima, san Gregorio el Iluminador, ‘Columna de Luz de la Santa Iglesia de los Armenios’, y san Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia, os bendiga a todos y a toda la Nación armenia, y la guarde siempre en la fe que ha recibido de los padres y que gloriosamente ha testimoniado a lo largo de los siglos”.
Radio Vaticana - Foto Cortesìa (L'Osservatore Romano)