El Papa Francisco explicó que en el centro de la celebración del Domingo de Ramos, que se presenta tan festiva, está la palabra del himno de la Carta a los Filipenses: “Se humilló a sí mismo” (2, 8). La humillación de Jesús.
Palabra que – como dijo el Papa – nos desvela el estilo de Dios y del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde.
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