En el domingo de la fiesta de la Santísima Trinidad ante miles de fieles reunidos en una soleada y festiva plaza de San Pedro, el Obispo de Roma explicó, antes del rezo mariano, que “el horizonte trinitario de comunión nos envuelve a todos y nos estimula a vivir en el amor y en el compartir fraterno, seguros que allí donde hay amor, allí está Dios”.
“Nuestro haber sido creados a imagen y semejanza de Dios- comunión nos llama a comprendernos a nosotros mismos como seres-en-relación y a vivir las relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor recíproco”, afirmó Francisco, quien agregó que tales relaciones se desarrollan, ante todo, “en el ámbito de nuestras comunidades eclesiales”, pero también en todas las relaciones sociales, “desde la familia hasta las amistades o el ambiente de trabajo: son ocasiones concretas que nos son ofrecidas para construir relaciones humanas cada vez más ricas, capaces de respeto recíproco y de amor desinteresado”.
Por este motivo, la fiesta de la Santísima Trinidad “nos invita a comprometernos en los eventos cotidianos para ser levadura de comunión, de consolación y de misericordia”, aseguró el Papa quien pidió a María, ‘espejo de la Trinidad’, que nos ayude a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a “encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad”.
Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus