Miles de fieles se encontraban a lo largo de las amplias avenidas que convergen en la plaza, deseosos de encontrarse con su Pastor.
En la Santa Misa y Apertura del V Congreso Eucarístico Nacional, el Sucesor de Pedro habló de las muchas madres que pudo ver en estos días “cargando a sus hijos en las espaldas”, “llevando sobre sí la vida, el futuro de su gente, sus motivos de alegría y esperanzas”, pero también las “desilusiones, tristezas y amarguras”, “la injusticia que parece no detenerse y las cicatrices de una justicia no realizada”.
El Papa puso en guardia sobre “la tristeza que se vuelve individualista” que puede llegar en el “cansancio del camino”, haciendo “perder la memoria de pueblo amado”, afirmando asimismo que “para un corazón desesperado es muy fácil que gane espacio la lógica que busca transformar “todo en objeto de cambio”, “descartando a todos aquellos que no ‘producen’, que no se los considera aptos o dignos” porque, dijo, haciendo alusión al pasaje del Evangelio, aparentemente 'no dan los números’.
Ante esto, afirmó el Obispo de Roma, Jesús una vez más vuelve a hablarnos para decir: “No es necesario que se vayan, denles ustedes de comer” (Mc 8, 1-10). “Basta de descartes, denles ustedes de comer”.
Tres acciones, indicó el Vicario de Cristo, “toma, bendice y entrega” con las que Jesús, logra transformar una lógica del descarte, en una lógica de comunión, de comunidad.
Homilia del Papa:
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