Evangelii Nuntiandii nos dice que el centro del mensaje kerigmatico es el anuncio del nombre y de la persona de Cristo. No hay otro nombre dado a los hombres por medio del cual podamos ser salvos dice la Palabra de Dios, ese es el nombre que esta sobre todo nombre, el nombre por el que todo aquel que lo invoque se salvara.

No podemos suplantar el nombre ni la persona de Cristo por ningún otro nombre ni podemos sustituir el contenido de la Buena Nueva por ninguna otra aunque viniera de los mismos ángeles ya que nos acarrearíamos la anatema de Dios mismo como lo dice San Pedro en sus cartas. Nuestras devociones más hermosas muchas veces han sustituido, lamentablemente, el lugar de Jesús en el mensaje de salvación, las prácticas religiosas inclusive algunas que distan mucho de ser verdaderas prácticas de piedad han oscurecido el verdadero mensaje de salvación.  La nueva evangelización debe ser “kerygmatica” es decir anuncio de Buena Nueva, de buena noticia.

El evangelista Lucas refiriéndose al profeta Isaías en boca de Jesús una mañana en la sinagoga de Nazaret enlista este contenido: Anunciar buenas noticias a los pobres, liberar a los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos y anunciar un tiempo de “Kayros” de gracia para todos. La nueva evangelización debe ser eso “Nueva” no un nuevo mensaje pues solo hay un solo mensaje, Cristo murió para salvarnos a todos y que ahora está resucitado y vivo presente en la eucaristía de manera velada ante nuestros ojos, pero vivo y real; la nueva evangelización, más bien debe ser una nueva forma de presentarla, una nueva manera de exponer el mensaje de siempre: Que Dios ama al pecador y no quiere su muerte sino que se convierta y viva. Si el mundo hoy necesita testigos y no solo maestros es porque está pidiendo que la nueva evangelización se lleve a cabo desde el testimonio y no solo desde las palabras. Está pidiendo que la iglesia de Cristo sea una iglesia viva y testiga de Cristo resucitado, una iglesia donde la civilización del amor sea signo evidente del resucitado, una iglesia que anuncie con sus palabras y sus hechos a un Cristo Vivo por medio de una evangelización nueva, una verdadera y nueva “Evangelización” y no “Evangelificcion”.