En el primer acto público del Obispo de Roma en Armenia, en la Catedral Apostólica de Etchmiadzin, el Catholicós y el Papa rezaron, alternándose, el Salmo 122, “Qué alegría cuando me dijeron vamos a la Casa del Señor…”. Después del saludo del Patriarca Karekin II, el Santo Padre, dirigiéndose a Venerado hermano, el Patriarca Supremo y Catholicós de Todos los Armenios, junto a los demás hermanos y hermanas en Cristo, comenzó diciendo: