Al rezar el Ángelus del II Domingo de Cuaresma con los numerosos fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco se refirió a la Transfiguración de Jesús que presenta en esta ocasión el Evangelio. Y dijo que la “luminosidad” que caracteriza este evento extraordinario, simboliza su finalidad, a saber: “iluminar las mentes y los corazones de los discípulos, a fin de que puedan comprender claramente quién es su Maestro”.