«Con la ayuda de María, en la Cuaresma sigamos las huellas de Cristo, para resucitar en Él con el amor de su misericordia», alentó el Papa Francisco a los peregrinos de tantas partes del mundo, que participaron en su audiencia general, del Miércoles de Ceniza, en que comienza la Cuaresma 2017:
«Les deseo a cada uno de ustedes que este encuentro, suscite una renovación espiritual, participando en las celebraciones cuaresmales y en las campañas de solidaridad que muchos organismos eclesiales promueven, en diversas partes del mundo, para testimoniar su cercanía a los hermanos necesitados.
Que la Cuaresma sea para nosotros un camino de alegría y de esperanza, gracias al poder del amor misericordioso del Señor y a la ayuda de la Virgen María, para que podamos resucitar en Cristo».
«La Cuaresma es un camino de esperanza: la esperanza de alcanzar la Pascua de Resurrección a través del desierto del ayuno y de la mortificación; un camino de fe, donde se experimenta la fidelidad del amor de Dios que no nos abandona nunca; un camino de penitencia, donde la salvación se realiza y se cumple a través de la respuesta libre del hombre; un camino de liberación de los ídolos del mundo, para llegar a la libertad de los hijos de Dios; un camino de victoria sobre las tentaciones, con la ayuda de la oración y de los Sacramentos. Les deseo Buena Cuaresma. ¡Que el Señor los bendiga a todos y los proteja del maligno!».
«El miércoles de Ceniza nos recuerda la fragilidad de la vida del hombre y del mundo: Recuerda que eres polvo y al polvo volverás. Éste día nos exhorta a contemplar la vida a la luz de la enseñanza de Jesús: ‘Conviértete y cree en el Evangelio’ y llama a todos a la conversión. Lo hace con las palabras del Apóstol Pablo: ‘Les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios’ (2 Cor 5, 20). Que el signo de la ceniza y las palabras escuchadas en la liturgia de hoy estimulen nuestra reflexión cuaresmal».
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