Esta estructura general, se puede articular en diversas partes comunes a todos los evangelios, aunque con particularidades en cada unos de los textos:
San Juan empieza remontándose hasta la eternidad del Verbo en el seno del Padre, y exponiendo la Encarnación del Hijo de Dios y su vida entre los hombres (Cfr Jn 1,1.14).
San Lucas y San Mateo inician la narración evangélica con los relatos sobre el nacimiento, infancia y vida oculta de Jesús (Mt 1-2; Lc 1-2).
San Marcos da comienzo directamente a su escrito con el anuncio de San Juan Bautista acerca de la necesidad de la.penitencia para recibir al Mesías.