En el día en que en Italia y otros países del mundo se celebra la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus dominical como es habitual, asomado al balcón del Palacio Apostólico Vaticano.

En la alocución previa el Papa meditó sobre el pasaje del evangelio del día, que narra una parte del discurso sobre el Pan de Vida tomado del libro de san Juan, en el que Jesús nos dice: "Yo soy el Pan vivo bajado del cielo".

Tras afirmar que con esas palabras, Jesús quiere decir que el Padre lo ha enviado al mundo como alimento de vida eterna, y que la Eucaristía es el sacramento de su carne dada para hacer vivir el mundo, el Papa recordó que quien se nutre de este alimento permanece en Jesús y vive por Él, y explicó que "asimilar a Jesús significa estar en él, volviéndonos hijos en el Hijo".

Pero el pontífice también señaló que nutrirse de Jesús Eucaristía significa abandonarse con confianza en Él y dejarse guiar por Él, y esto se traduce en "recibir a Jesús en el lugar del propio 'yo', de modo que el amor gratuito recibido de Cristo en la comunión eucarística por obra del Espíritu Santo, alimenta nuestro amor por Dios y por los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de cada día".

Palabras del Santo Padre