El Papa Francisco durante la misa celebrada la tarde del martes en el Parque del Bicentenario de Quito y dedicada  a la evangelización de los pueblos, profundizó en dos conceptos fundamentales a la hora de llevar la Buena Nueva: la libertad y la unidad.

Explicó que la evangelización puede ser “vehículo de unidad, de aspiraciones, sensibilidades, ilusiones” y en este contexto animó a los fieles diciendo ¡Eso creemos, eso gritamos!. Y citó la exhortación Evangelii Gaudium: «Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos “mutuamente a llevar las cargas”».

Francisco invitó a los fieles al desafío de dar a conocer la Palabra de Dios,  no con términos “altisonantes, ni con complicados, sino haciendo que nazcan de la alegría del Evangelio. Y volvió a la importancia del término ‘unidad’ para “que el mundo crea”. “La evangelización no consiste en hacer proselitismo, sino en atraer con nuestro testimonio a los alejados, en acercarse humildemente a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes para decirles”, aseguró.

El Santo Padre relacionó "el grito" de lo que creemos, con el lugar donde se celebró la misa, el Parque del Bicentenario que recuerda los dos siglos de independencia republicana, y explicó que evangelizar es tan urgente y apremiante como aquellos deseos de independencia.

Homilia del Papa

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