Atalaya se prepara para recibir a miles de peregrinos que acudirán este Primer Domingo de Cuaresma a dar gracias a Dios por un favor recibido, a pedirle una gracia o a reafirmar su Fe ante la imagen de Jesús Nazareno. Un pequeño distrito se convierte en foco de espiritualidad. Allí los pobladores abren no solo las puertas de sus casas; sino también sus corazones para acoger a los devotos del milagroso Santo.
El padre Marcelino González, párroco de la Basílica Menor Jesús Nazareno, señaló que cada atalayero se convierte en anfitrión para los peregrinos y desde ya se preparan con toda la logística para ofrecerles un espacio para el crecimiento de la Fe, proveer de lugares necesarios para el descanso, brindar seguridad a los fieles y demás actividades.
Desde este 28 de febrero al 8 de marzo se realizarán las novenas a Jesús Nazareno, que este año tendrán como predicador invitado al presbítero José Héctor González, de la Diócesis de Chitré; actualmente es el rector de la Catedral San Juan Bautista.
Para este año el tema de la predicación está tomado de la última Exhortación Apostólica del Papa Francisco “Evangelii Gaudium” y reza del siguiente modo: “La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera”. “El Papa Francisco ha querido invitarnos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años, al Pontífice le interesa que cada bautizado lleve a los demás, con nuevo dinamismo el amor de Jesús, viviendo en estado permanente de misión y en torno a esta Exhortación, hemos preparado el mensaje de esta romería”, explicó el sacerdote Marcelino González.
Siempre resulta especial recibir a tantas personas que buscan a Dios, pero este año la celebración de la Romería es aún más especial porque la casa de Jesús Nazareno de Atalaya cumple 50 años de haber sido elevada a Basílica Menor, la primera en Panamá. “Detrás de los muros de esta iglesia se entreteje una gran riqueza espiritual. Miles de almas visitan el templo a lo largo de todo el año. Son tantas experiencias recogidas en el silencio de estas paredes, que solo el Nazareno y quien lo visita conoce. Las expectativas para este año son grandes, primero porque estamos agradecidos con el Señor por estos 50 años de bendición. También porque es hora de dar a conocer a las nuevas generaciones el valor histórico, religioso y cultural del templo que tenemos. Además, es el momento oportuno para incentivar a los fieles en la vivencia de la fe y la evangelización”, destacó el cura párroco. Se estima que para cada año llegan alrededor de 300,000 personas a Atalaya.
